Si has llegado aquí esperando que te cuente con pelos y señales cómo es un jardín Zen, qué aspecto debe tener o cuál es la mejor manera de rastrillarlo, mejor que dejes de leer, este no es tu post porque tú ya tienes claro lo que voy a contar en él.
El objetivo de este post es más bien aclarar algunos conceptos previos dando respuesta a preguntas como: ¿Realmente entendemos lo que significa calificar a algo como “Zen”? o ¿Qué convierte a un jardín en Zen?
Si tú también te preguntas esto, entonces sí es tu post. ¿Me acompañas?
Primero de todo, ¿Qué es el Zen?
Hace tiempo que estamos acostumbrados a que ciertas cosas, a veces, se califiquen como “Zen“: actitudes, filosofías, estilos de decoración, etc…
Creo que está claro que, antes de nada, conviene aclarar esta cuestión. Por eso, sin entrar en muchos detalles voy a arriesgarme a darte una definición sencilla del Zen y una breve explicación de su doctrina.
Los principales elementos de estos jardines son las piedras y la arena, que se exponen como una representación en miniatura de la inmensidad de la naturaleza.
Definición de Zen
Se puede decir que el Zen, es una escuela budista que se desarrolló en Japón a partir de las enseñanzas de la secta china Ch’an y las influencias del contacto durante quinientos años con la cultura y la religión nativas japonesas.
Hay tres escuelas Zen en Japón relacionadas entre sí y algunas más en Corea, China y Vietnam, que aunque no se las puede llamar estrictamente Zen, están muy relacionadas entre sí y comparten aspectos fundamentales.
Concepto y Características
La característica principal del budismo Zen, es que no predica con palabras, sino que enseña a alcanzar la sabiduría mediante el desprendimiento personal, la introspección y la contemplación, prescindiendo de las explicaciones y del discurso racional. Esto le diferencia bastante de otras escuelas y linajes budistas.
La flor de loto, símbolo de la iluminación (satori)
Dicho de otra manera, el Zen persigue alcanzar una sabiduría intuitiva que dé paso a la iluminación (satori), mediante una práctica personal del autodescubrimiento.
¿Por qué decimos que algo es Zen?
Con esta finalidad en mente, los practicantes del Zen realizan diversos ejercicios de meditación, algunos de los cuales se han convertido en un estereotipo para la mayoría de nosotros, como el del monje zen sentado impasible, en la postura del Loto.
Este cliché que tenemos del budista zen meditativo, es el que hace que cuando identificamos algo como sereno o que induce a la paz y al silencio, lo adjetivemos automáticamente como zen aunque pueda no tener nada que ver.
Tipos de Jardines Zen
Por tanto, desde este punto de vista, y como respuesta a la pregunta: ¿Qué convierte a un jardín en Zen?, creo que se podría contestar que Zen es cualquier jardín que invite a la contemplación y la relajación mental facilitando la meditación. Un Jardín que necesariamente tiene que ser austero y libre de estridencias o excesos de colorido. De hecho, los templos zen siempre han estado rodeados de jardines de varios tipos (verdes, secos o de musgo) y no sólo de los jardines que hoy conocemos como jardines zen.
La meditación zen suele realizarse en interiores
Esto es hasta tal punto así, que hay expertos que dicen que el concepto de jardín zen es un invento occidental, pues en Japón nunca se llamó así a ningún jardín y los monjes zen prefieren meditar en estancias interiores lejos de todo aquello que pueda perturbar su quietud.
El Jardín seco o karesansui
Dejando de lado discusiones de eruditos, lo cierto es que, a día de hoy, se entiende como Jardín Zen lo que los japoneses denominan “karesansui”, es decir, “jardín seco”.
Este es un tipo de jardín que se conforma en base a unos preceptos estéticos claramente influenciados por el Zen, como son la simplicidad y la belleza del vacío. Estos principios se llevan a la práctica mediante la ausencia de flores, la abundancia de arena o gravilla y la presencia de piedras estratégicamente situadas para crear un conjunto armonioso.
Los karesansui existen en Japón desde hace muchos siglos y no sólo en los templos Zen, sino también en casas y otros sitios públicos. Aunque también es cierto que los primeros y más representativos jardines secos de Japón fueron hechos por monjes zen, como el famoso jardín del templo Ryōan-ji cerca de Kyoto.
El Jardín del templo Rioanji es una referencia para los Jardines secos
Para acabar
En la introducción de este post te dije que no me iba a extender en los detalles del jardín zen, pero que a cambio te iba a dar las respuestas a un par de preguntas. Creo que ya están contestadas y por eso no me queda mucho más que decir salvo quizá una cosa…
Más allá del musgo y la arena subyacen profundos ideales estéticos tan exclusivamente japoneses como son el Wabi-Sabi o el Mono-no Aware, (que ya cité aquí y a los que algún día dedicaré una entrada), que también tienen mucho que ver con el Zen, comprender todos estos conceptos es entender, no sólo el significado de un Jardín Zen sino gran parte de la cultura japonesa.
Jardines del templo Saiho-ji
¡Hasta la próxima!
Descárgate totalmente gratis mi ebook: “20 Símbolos de Oriente”, con 42 páginas de contenido original para sumergirte en la historia, leyendas y actualidad de los símbolos más interesantes de Oriente.

Me ha gustado mucho!!! Escribe más sobre este tema por favor.
Muchas gracias Raquel! Sí, tengo previsto profundizar más acerca de los jardines Zen, dan mucho de si. Un saludo.
Buen trabajo!!! Es verdad que el concepto zen, así como le pasa a lo «cuántico» se ha convertido en un chicle demasiado estereotipado. Sin embargo, esto no le hace perder su belleza y profundidad genuina. A continuación, te dejo una POESÍA ESPIRITUAL inspirada en la doctrina ZEN. Espero que te guste. Un cordial saludo!!!
Muchas gracias!, tienes razón, lo uno no quita lo otro, paso a leerte. Un saludo!